Acerca de la Arquitectura

A partir de lo reducido del espacio disponible en sitio, Gaudí se las ingenia, a través de la hábil incorporación de un número de recursos de diseño para hacer aparecer la casa más  amplia de lo que en realidad es.

Toda la Casa es una sinfonía de curvas. Prácticamente no existen aristas visibles en la obra.
Gaudí diseña el ascensor, la vivienda del  conserje, barandas puertas y muebles además de la edificación en sí.
El apartamento de Battló se ubicaba en el primer piso detrás de los grandes ventanales y es actualmente la única parte amoblada de la Casa. El resto del mobiliario fue transladado al museo Gaudí.
La forma de integrar el ambiente con relación a la casa Amatller, que es más baja, la logra Gaudí a través de la ubicación de un torre hermosamente concebida. La organicidad está en todas partes.
Dos lucernarios (claraboyas, huecos de luz) aportan iluminación natural a todos los niveles internos.
A nivel de planta baja, espacios de alquiler de eventos mantienen con vida a la edificación.
Puertas trabajadas al punto que Salvador Dalí, las calficó como de "suave cuero".
Hermosos y gráciles arcos parabólicos en el ático.
La secuencia de entrada transporta al visitante desde un impactante vestíbulo hasta las escaleras que ascienden al primer piso donde se alojaba la familia Batlló desarrollado con el mayor grado de atención a sus detalles por parte de Gaudí.
El uso audaz de la cerámica vidriada está en todas partes. En la fachada y techos, con sus chimeneas multicolores, en las escaleras, en el hermoso patio interno de luz, donde una sutil degradación de azules crea atmósferas que varían con el comportamiento del clima exterior.
En el caso de la fachada posterior  -rara vez fotografiada- sin constituirse en dechado de perfecciones aporta valores en cuanto a el juego de espacios llenos y vacíos y ornamentación multicolor.